Notas y críticas



Viernes, 2 de abril de 2010


cine

El vuelo de la mosca

La mosca en la ceniza, el nuevo film de Gabriela David, expone –con belleza narrativa y sin concesiones– la realidad de la trata de mujeres. Con un elenco de jovencísimos talentos, la película no omite escalafón: la madama, el cliente, el vecino, las responsabilidades.


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“Quería contar la historia de una amistad femenina porque la lealtad en cine siempre está vinculada al universo del hombre”  
Gabriela David.






Leer más:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-5618-2010-04-02.html 













HUELVA | Festival de Cine Iberoamericano

La prostitución invisible

María Laura Caccamo, la directora Gabriela David y Enrique Carlos Angelieri. | E. DomínguezMaría Laura Caccamo, la directora Gabriela David y Enrique Carlos Angeleri. | E. Domínguez
Una noticia leída en un periódico, como tantas veces, sirve de alimento creativo para un director de cine. La argentina Gabriela David se topó hace unos años con la terrible historia de un burdel clandestino en el corazón de un barrio de clase media alta de Buenos Aires. La historia tremenda de las mujeres que eran obligadas a prostituirse, adolescentes que acudían a la capital argentina llenas de sueños, ha llenado una película certera y emocionante, 'La mosca en la ceniza', presentada en la Sección Oficial del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
Su directora, que regresa a la dirección después de su aclama ópera prima, 'Taxi un encuentro' (2002), quiso dejar claro que 'La mosca en la ceniza' huye de lo panfletario. Y es cierto, la cinta ahonda en lo lírico y lo emocional para presentar una historia por medio de la cual el espectador debe sacar sus propias conclusiones, aunque éstas puedan parecer evidentes. «A partir de la realidad tejí mi propio cuento».
La cinta, protagonizada por Luis Machín, Cecilia Rosetto, Luciano Cáceres, Laura Caccamo y Paloma Contreras, contrapone la vida diaria y también la cierta indiferencia mezclada con el desconocimiento de los habitantes del barrio acomodado en el que se oculta este burdel clandestino. Este contraste ofrece un fresco brutal del verdadero drama que hubieron de sufrir las protagonistas reales del suceso.
Una de ellas, que llegó huyendo junto a una amiga de la pobreza rural, logró escapar de sus captores. Hizo visible lo invisible, resurgió como lo hacen las moscas ahogadas en agua y que reviven si se las deposita sobre ceniza. «Esta especie de truco tan del campo me sirve como metáfora de la resurrección que afortunadamente experimentaron estas chicas», explicó Gabriela David.
La actriz que interpreta a la joven que logró escapar y denunciar el cautiverio y la trata de blancas, María Laura Caccamo, aseguró que el filme -su debut en la gran pantalla, ya que proviene del teatro- le ha ayudado «a cambiar por dentro» y a entender mejor un drama que, desgraciadamente, «sigue existiendo».
La sección oficial del festival ha acogido también la ópera prima de la directora mexicana Mariana Chenillo, 'Cinco días sin Nora', una película sobre un largo velatorio que ha tenido una buena acogida en su presentación oficial de la muestra onubense.
Chenillo admitió que realizar una película sobre la muerte es algo que en México puede tener mucho calado, pero todo ello con un punto de humor "que nos permite tratar las cosas de una forma más fácil", además de admitir que en México, tratar la muerte en el cine supone tratar "un sincretismo de muchas culturas".







Variety.com






A Fly in the Ashes



La Mosca en la Ceniza.

Traducción al castellano del original en inglés:



Dos jóvenes campesinas de Argentina se dirigen a la capital con consecuencias terribles en La mosca en la ceniza, un drama impactante sobre la trata de personas que equilibra ajustadamente un sombrío realismo social con una buena historia, un mensaje urgente y una actuación memorable de María Laura Caccamo como una santa callejera. La cineasta Gabriela David sabiamente ha  una tristísima historia  con fuertes actuaciones y suspenso, y el resultado ha generado una participación fuerte en el circuito español de festivales. Esta película, con un tratamiento local de una problemática con resonancia universal tiene garantizada la mayor exposición.

Julia (Isabel Quinteros) les ofrece trabajo como mucamas en Buenos Aires a la ingenua Nancy (Caccamo) y a Pato, unos pocos años más joven (Paloma Contreras), quienes viven en extrema pobreza. Después de algunas vacilaciones, las jóvenes aceptan y toman el autobús nocturno a la capital acompañadas por el contacto de Julia, el brutal Oscar (Luciano Cáceres) que escupe sangre.

La audiencia se da cuenta mucho antes que las chicas que han sido engañadas. Su destino es realmente un sombrío prostíbulo urbano regenteado por la borracha Susana (Cecilia Rossetto), que les dice que deben trabajar para pagar su deuda. Sus gritos pidiendo ayuda caen en oídos sordos: Pato se pone violenta y la encadenan durante gran parte de la película, pero Nancy, por razones sugeridas más adelante, parece más resignada a su nueva vida. Pronto se vuelve evidente que la fuga no es una opción: quienquiera que complique la vida a Susana es llevada a la noche a un "lugar lejano" no especificado, y la difícil situación de las chicas se vuelve cada vez más desesperada.

Nancy recibe las visitas de José (Luis Machín), un camarero desdentado literal y metafóricamente que trabaja cruzando la calle, y la escena en la que están los dos, cuando ella fantasea sobre su vida futura juntos, representa un pequeño oasis de alegría entre las desdichas, aún cuando las tomas de las personas enfrascadas en sus propios asuntos del mundo exterior dan testimonio de la indiferencia del barrio y del propio José.

El enfoque dramático está en la tensa relación entre las dos chicas; el rechazo autodestructivo de Pato a seguir las reglas del juego, incluso cuando está físicamente muriéndose de hambre, contrasta con el entendimiento oscuro y silencioso de Nancy de que en el encierro rigen diferentes leyes morales.

Físicamente frágil, vivaz y con una mirada sin fondo, Caccamo se gana la fascinante ambigüedad moral en la figura infantil de Nancy, quien aparenta irradiar alegría aun cuando es sometida a la más profunda humillación, y eleva la película por encima de un reclamo social.

De hecho, el equitativo guión, lejos de dividir el mundo entre buenos y malos, insiste en dejar en claro que la situación es desesperada para todas las partes interesadas (a excepción de los clientes); la indiferencia de la sociedad es el blanco principal de David.

La película elige no mostrar imágenes explícitas de lo que ocurre en los dormitorios pero en cambio, al no escatimar los gritos sin respuesta que piden ayuda, deja así en claro cuál es su mensaje.

El guión se atreve a explotar varias metáforas visuales fascinantes y no sutiles. El título, por ejemplo, es una referencia a la habilidad de las moscas de revivir si se les rocía ceniza de cigarrillos. Los lentes logran crear al máximo interiores claustrofóbicos y sucios en los que se desarrolla la trama.
 
Jonathan Holland  - Variety  - Film reviews.

http://www.variety.com/review/VE1117943027/







Pasajeras de una pesadilla

 
La película de Gabriela David conmueve y sacude sin recurrir a lugares comunes.




La mosca en la ceniza (Argentina/2009) Guión y dirección: Gabriela David. Fotografía: Miguel Abal. Con María Laura Cáccamo, Paloma Contreras, Luis Machín, Luciano Cáceres, Cecilia Rossetto, Vera Carnevale, Dalma Maradona,. Presentada por SP Films. Hablada en español. 98´. Para mayores de 13 años, con reservas.

Nuestra opinión: muy buena
Todo lo que La mosca en la ceniza muestra es moneda corriente. Sin embargo, todos parecen callar. Y cuando se dice "todos" es más o menos así. Ocultos tras simple hipocresía se esconden cientos de casos como éste. Incluso en zonas que, prejuicios de por medio, son impensables, como la del caso real que inspiró a Gabriela David.
Dos amigas, Pato y Nancy, engañadas por un futuro prometedor, el de empleadas domésticas en Buenos Aires, llegan a la gran ciudad. Pato, que parece la más dura, ofrece resistencia a ser explotada en un prostíbulo cercano a la esquina de Agüero y Las Heras. Nancy acepta sin chistar las reglas de juego porque piensa que en algún momento encontrará la manera de escapar a esta forma de esclavitud que recuerda las de la Svi Migdal en las décadas del 20 y 30, cuando jóvenes polacas eran traídas al país con falsas promesas y terminaban siendo explotadas en prostíbulos de Once. Ahora las chicas para ser explotadas como esclavas provienen del interior o de países limítrofes donde la precarización social no parece tener límites. David, que ya había demostrado su talento para la narración cinematográfica hace nueve años con Taxi, un encuentro , vuelve a sorprender porque no recurre a formatos reiterados hasta el cansancio por buena parte del cine que pretende ser vanguardia ni cae en los lugares comunes del cine comercial, bien acostumbrado a exponer lo que no puede sugerir, a explicar lo que el espectador debería entender sin necesidad de trazos gruesos.

David prefiere abrir, desarrollar y cerrar su historia tomando como eje la amistad de estas dos chicas muy diferentes entre sí (no sólo las que surgen a simple vista), y lo hace a partir del crecimiento del personaje de Nancy, una interpretación memorable de María Laura Cáccamo. Esta mujer con cuerpo de adolescente, sonrisa cándida y reflexiones inocentes, no obstante esperanzadas, conmueve y sacude a la vez.
 

Trabajos memorables

La composición de Cáccamo no es solamente intelectual, sino principalmente física. Su forma de caminar por los pasillos del viejo edificio destinado a tan oscuros fines, su particular tono de voz, la vuelta una y otra vez sobre la historia de la mosca -esa de que a pesar de ahogada puede resucitar si se la cubre de cenizas- convierte a su personaje en protagonista absoluto. Los encuentros de Nancy con José, el mozo desdentado que la ilusiona, encarnado por Luis Machín, otra oportuna elección de la directora, no tienen desperdicio.
Es que La mosca en la ceniza se sustenta, más allá del hábil manejo de los climas, la cámara y el montaje, en todas sus actuaciones. El dolor en la mirada de Paloma Contreras, la convicción del resto de las "pupilas" (Dalma Maradona, Vera Carnevale y Ailín Salas), pero muy en especial el cinismo y la violencia, tan bien transmitidos por Luciano Cáceres y por Cecilia Rossetto, completan una película que logra transmitir lo que se propuso: una historia de amistad, a pesar del horror que significa gritar desesperadamente sin que nadie escuche o, lo que es peor todavía, sin que nadie parezca querer hacerlo. .

Claudio D. Minghetti







“Historia de “trata”  que permite valorar  el talento de Gabriela David como directora. Un hallazgo el elenco de jóvenes encabezado por  María Laura Caccamo”

Nora Lafon – “Mónica y César” – Radio del Plata.

 UNA PELICULA QUE TE SACUDE. VALIOSA Y VERAZ RECREACIÓN SIN CONCESIONES DE REALIDAD ABOMINABLE.
Roberto Quirno CANAL 26.



"La realizadora Gabriela David logra La mosca en la ceniza su mejor film y la película nacional más destacada de este tramo del año."
"La incisiva y sorprendente mirada de David de una realidad incómoda alcanza momentos crudamente emotivos y está sostenida por un elenco sólido y de notable homogeneidad entre actores experimentados y fenomenales intérpretes jóvenes como María Laura Cáccamo y Paloma Contreras. "

Amadeo Lucas - Revista Veintitres.


"David, que ya había demostrado su talento para la narración cinematográfica hace nueve años con Taxi, un encuentro , vuelve a sorprender porque no recurre a formatos reiterados hasta el cansancio por buena parte del cine que pretende ser vanguardia ni cae en los lugares comunes del cine comercial, bien acostumbrado a exponer lo que no puede sugerir, a explicar lo que el espectador debería entender sin necesidad de trazos gruesos."
"...Una interpretación memorable de María Laura Cáccamo."
"Es que La mosca en la ceniza se sustenta, más allá del hábil manejo de los climas, la cámara y el montaje, en todas sus actuaciones. El dolor en la mirada de Paloma Contreras, la convicción del resto de las "pupilas" (Dalma Maradona, Vera Carnevale y Ailín Salas), pero muy en especial el cinismo y la violencia, tan bien transmitidos por Luciano Cáceres y por Cecilia Rossetto, completan una película que logra transmitir lo que se propuso: una historia de amistad, a pesar del horror que significa gritar desesperadamente sin que nadie escuche o, lo que es peor todavía, sin que nadie parezca querer hacerlo." Muy Buena.

Claudio Minghetti - La Nación.


  
"Ya en su debut en la realización, con Taxi, un encuentro (2001), Gabriela David se mostraba atenta a la construcción de personajes inmersos en una ciudad que era referente y parte fundamental en las reacciones del ladrón de taxis y la chica protagonista. Ahora casi no hay exteriores, pero cada vez que la cámara salga del prostíbulo lo hará para reflejar el distanciamiento entre la gente, alguna solidaridad y básicamente la falta de comunicación. "
 "Podría también creerse que, siendo mujer, el tema del sometimiento tendría una mirada feminista. David, antes que feminista, es sensible."

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